La mente en muchas ocasiones nos puede llevar al peor de los infiernos conocidos, nuestro propio Hades donde se esconden los mayores temores, dudas y tormentos. Es el lugar donde los fantasmas del pasado residen esperando con cautela el momento de su resurgimiento. La mente puede llegar a ser muy cruel, nos hace hacer cosas que creíamos que jamás seríamos capaces de hacer, actos inesperados que nos hacen daño a nosotros mismos pero también a la gente que nos rodea.
Podemos ver más allá de la realidad, ver cosas que no son verdad aunque nuestro subconsciente nos juega una mala pasada haciéndonos creer que lo que creemos cierto, aunque sea la mentira más grande del mundo, nosotros la veremos verdadera. Ella puede controlarnos, puede dominar nuestro cuerpo, mente y sentimientos. Es capaz de hundirnos en la miseria, hacernos llorar hasta caer rendidos, podemos llegar a creer que nadie nos quiere y que estamos solos e incomprendidos en el universo. Esa es la mayor cruel reladidad fundamentada en el mundo, la mente puede dominarnos, volvernos locos e hacernos olvidar nuestra verdadera naturaleza.
A mí la mente me llenó de angustía, al principio pude controlarla pero ahora sé que me domina, que no puedo controlar mis impulsos, tampoco mis actos ni mis pensamientos. No sé si todo esto acabará algun día ni si seré capaz de volver a ser la misma persona que antes. Solo sé que la angustia acabará conmigo, quizás todo pare algun día, será cuestión de lo que mi mente desee: vivir o morir.
Suki - 25/11/06


